PABLO GARCÍA – El mártir olvidado
Pablo García – El mártír olvidado. $150.00
El presbítero Pablo García, ejerció la mayor parte de su ministerio sacerdotal en la parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación, con excepción de los pocos meses que estuvo destinado a la parroquia de Unión de San Antonio.
Al llegar a la ciudad de Encarnación de Díaz, permaneció como ministro en la sede de la parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación, colaborando estrechamente con el bien amado señor cura D. Felipe Ramírez.
A los pocos años de radicar en la ciudad, se le destinó a atender la Vicaría de Rangel, que representaba un reto para el joven sacerdote, debido a que no es fácil, sustituir a un sacerdote que había tenido a su cargo la construcción de un templo y que atendió a la feligresía durante muchos años. El padre Pablo no tuvo ningún problema con la comunidad en los dieciocho años que permaneció al frente de la Vicaría.
Su labor como sacerdote consta en documentos enviados por los párrocos, al Arzobispado de Guadalajara, dejando constancia de su perseverancia y dedicación en su ministerio sacerdotal, logrando ver cómo los feligreses acudían fervorosamente los viernes primero de cada mes, llegando a recibir el sacramento de la comunión más de dos mil personas.
Posteriormente es trasladado como capellán a la hacienda de San Matías, en la que permanece muy poco tiempo; recibe la orden de trasladarse a atender la feligresía de Santa María, que sería su último destino.
Al erigirse la parroquia de San Sebastián, le toca en suerte formar parte de los primeros sacerdotes de la nueva parroquia, siendo su último destino; atendiendo a los templos de Santa María de en Medio y Santa María Transpontina.
Al iniciar la persecución religiosa, algunos sacerdotes decidieron por su propia voluntad permanecer al lado de sus feligreses, a pesar del riesgo de perder la vida; el presbítero Pablo García, fue uno de ellos y por azahares del destino continúa en el olvido, a pesar de que está plenamente comprobado su martirio.
Fue detenido por las tropas federales y cruelmente martirizado durante once días, fusilándolo sin juicio alguno en las inmediaciones de Castro, trasladando su cuerpo a la ciudad de Encarnación de Díaz; descansando sus restos en el panteón del Señor de la Misericordia.
Pablo García – El mártir olvidado, tiene como objetivo que las futuras generaciones conozcan la vida de un pastor que cuidó a sus ovejas, hasta el extremo de dar la vida por ellas permaneciendo a su lado, danto testimonio de su fe, con su propia vida.