CAPILLA DE LA PURÍSIMA
CAPILLA DE LA PURÍSIMA $150.00
En torno a la capilla de La Purísima, se ha desarrollado un mito, aceptado por la población, como verdad irrefutable, porque así lo escucharon de sus ancestros, o lo leyeron en un artículo novelesco, que se aleja de la realidad probada con documentos.
El antecedente de la capilla de La Purísima, fue el oratorio, que tenía María del Sacramento Villalobos Franco, en su casa; habiendo solicitado al Vaticano, la autorización para que oficialmente se pudiera considerar como oratorio privado; la mencionada casa era utilizada para las reuniones de la Congregación Religiosa de Las Hijas de María, en la que se asilaban las integrantes que vivían en las rancherías.
El Papa Pío IX le otorgó la licencia a María del Sacramento Villalobos Franco, como oratorio privado, el 24 de febrero de 1872, debiendo cumplirse ciertos requisitos.
Al fallecer María del Sacramento Villalobos, el bien amado y recordado señor cura Felipe Ramírez, amplió el oratorio privado; aprovechó parte de los muros del antiguo oratorio, quedando, en las dimensiones en que se conserva en la actualidad.
A la llegada de la congregación de las Hijas Mínimas de María Inmaculada, el oratorio se convirtió en semipúblico y no se otorgó la licencia como oratorio público, a pesar de la insistencia del señor cura, no se autorizó debido a que no tenía el oratorio, capellán de planta y sin embargo los seglares, ignorando los requisitos vigentes en aquella época, presentaban solicitudes muy ocurrentes, sin argumento, como lo hicieron desde que se erigió la parroquia, hasta principios del siglo XX.
María del Sacramento Villalobos Franco, adquirió otra casa, para el establecimiento del Colegio de la Purísima, atendido por las Hijas Mínimas de María Inmaculada, llamado el asilo o asilito por la población de la época.
Se trasmite por tradición oral que la benefactora de Encarnación, donó el conjunto de fincas conocidas como La Purísima, a la parroquia; sin embargo, el inmueble que colinda por el norte, con la capilla, la capilla y la casa que colinda con la capilla por el sur, fueron adquiridas, por el señor cura Felipe Ramírez, a su hermano Luis, que fue el heredero universal de todos los bienes, de María del Sacramento Villalobos Franco; lo que consta en las escrituras que se conservan en el Archivo Histórico de Guadalajara, entregadas a principios del siglo pasado, por el presbítero Jesús Flores Ramírez, sobrino del señor cura Felipe Ramírez.
La benefactora de Encarnación María del Sacramento Villalobos, únicamente donó, una de las tres casas, en las que se construyó el actual Hospital Felipe Ramírez.
La Capilla de La Purísima, se encontraba abandonada, sin mobiliario alguno, con el enjarre deteriorado por la humedad y fueron los vecinos los que se encargaron de la rehabilitación, sin ninguna aportación de la parroquia, para dejarla en las condiciones actuales.